Cómo colorear al niño enfadado
- Piel: Elige un tono de piel que prefieras, puede ser claro, medio u oscuro. Añade un poco de rojo suave en las mejillas, la nariz y las orejas para mostrar que está enfadado. Presiona ligeramente con el lápiz o usa un toque de crayón para que parezca ruborizado por la emoción.
- Cabello: Puedes usar marrón, negro, rubio o incluso colores más creativos. Para dar volumen, empieza con un tono base y luego añade sombras más oscuras donde el cabello se cruza o se junta (como en el flequillo y las puntas).
- Ojos y cejas: Los ojos pueden ser marrones, verdes o azules. Asegúrate de marcar bien las cejas con un color más oscuro para que su expresión se note. Deja un puntito blanco en la pupila para dar vida a su mirada intensa.
- Camiseta y pantalón: Puedes elegir colores que ayuden a expresar su estado: el rojo o el naranja pueden representar la rabia, mientras que el azul oscuro o el gris pueden dar un aire más serio. Añade sombras en los pliegues de la ropa para que se vea más realista.
- Zapatillas: Pueden ser de cualquier color, pero si quieres hacerlas destacar, combina colores complementarios. Usa un gris claro para las sombras en la suela y blanco para reflejos.
- Fondo o suelo (opcional): Dibuja líneas o manchas suaves en tonos neutros (gris o marrón claro) bajo sus pies para darle estabilidad. También podrías añadir un entorno que justifique su rabia: una mochila caída, juguetes desordenados, etc.uñ
Hablemos de emociones: el enfado y la rabia
La rabia es una emoción muy común. Todos la sentimos: cuando algo nos frustra, cuando no nos escuchan o cuando algo no sale como queríamos. Este niño puede estar sintiendo justo eso. Y está bien sentirse así.
Lo importante no es evitarla, sino saber qué hacer con ella:
- Respirar hondo, contar hasta 10 o pedir ayuda.
- Dibujar o colorear lo que sentimos.
- Hablar con alguien de confianza.
A veces, cuando coloreamos a un personaje enojado, también nos ayuda a liberar nuestra propia rabia. ¡Darle color a sus emociones nos conecta con las nuestras!
Objetivos psicopedagógicos al colorear al niño enfadado
- Reconocimiento emocional: Identificar las señales externas del enfado (gestos, postura corporal, cejas, labios, puños)
- Proyección y empatía:
A través del color, el niño proyecta su mundo interno: un rojo intenso puede expresar mucha rabia, un azul oscuro puede indicar tristeza debajo del enfado, etc
- Lenguaje emocional:
Tras colorear, invitar al niño a nombrar la emoción que ve, la que siente y por qué cree que el personaje está enfadado.
- Regulación emocional:
Colorear ayuda a calmar el sistema nervioso. Es una forma de transición hacia el equilibrio: el niño pasa de un estado emocional activo a uno más reflexivo.
- Resolución creativa:
Se puede ampliar la actividad con preguntas:
– ¿Qué le ha pasado a este niño?
– ¿Qué podría hacer para calmarse?
– ¿Tú qué haces cuando te enfadas?
- Autoconocimiento:
El niño puede comparar: “¿Yo me siento así a veces?” y validar su experiencia emocional.
Propuesta de actividad guiada
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Colorea libremente:
No hay normas. Se puede invitar a usar los colores según el estado emocional del niño.
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Reflexión posterior (oral o escrita):
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¿Qué colores usaste? ¿Por qué?
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¿Cómo crees que se siente el personaje?
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¿Qué crees que ha pasado justo antes?
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¿Qué le dirías para ayudarle?
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Técnica de la segunda versión:
Proponer una segunda copia del dibujo, pero ahora con el mismo personaje tranquilo o contento. Comparar colores, formas, expresiones y emociones.