No todos los villanos gritan o empuñan un arma. Algunos solo te miran… y basta. Hannibal Lecter es uno de esos personajes que no necesitan moverse para llenar la escena de tensión.
Con su rostro sereno, su voz pausada y esa máscara que ya es parte de la historia del cine, Hannibal es un enigma inquietante. Este dibujo lo retrata en una de sus apariciones más recordadas: inmóvil, con camisa de fuerza, y aún así, peligrosamente presente.
Colorear esta imagen puede convertirse en una experiencia muy interesante: puedes jugar con los tonos fríos para transmitir la frialdad de su mirada, o usar colores cálidos y contrastantes para resaltar esa dualidad entre lo sofisticado y lo macabro. La verdad es que hay mucho para explorar aquí, no solo en los colores sino en lo que transmite.
Además, Hannibal Lecter no es un monstruo cualquiera: es un doctor brillante, culto, refinado… y sí, también aterrador. Esa complejidad lo ha convertido en uno de los personajes más fascinantes del cine. Pintarlo es como sumergirse en una mente peligrosa, pero sin dejar de lado la creatividad.
