Este dibujo muestra a una bailarina de ballet clásico en una pose de arabesque, una de las más icónicas del ballet. Se trata de una figura elegante pero exigente, tanto desde el punto de vista técnico en danza como en dibujo. Requiere equilibrio, control y precisión, y eso mismo es lo que debemos aplicar al colorearlo si queremos conseguir un resultado realista y expresivo.
