Las crías de Diplodocus, como muchos otros dinosaurios herbívoros, nacían de huevos. Estos huevos eran relativamente pequeños en comparación con el tamaño que alcanzaban los adultos, que podían medir hasta 25 metros de longitud. Al nacer, los pequeños diplodocus eran muy vulnerables y dependían de camuflarse en su entorno y de su rapidez para escapar de posibles depredadores, ya que no contaban con la protección directa de sus padres. Se cree que, al igual que las crías de algunos reptiles actuales, estos dinosaurios recién nacidos se desarrollaban rápidamente y crecían a gran velocidad para aumentar sus probabilidades de supervivencia.
