Cómo trabajar las emociones:
Es importante que tanto maestros como padres guíen a los niños a observar cómo su cuerpo responde a la sorpresa: los ojos se agrandan, el corazón puede latir más rápido, e incluso la respiración cambia. A partir de estas observaciones, podemos ayudarles a poner en palabras lo que sienten y explicarles que todas las emociones, incluidas la sorpresa o el asombro, son válidas. Además, es clave enseñarles a manejar esta emoción: respirar profundamente o tomar un momento para procesar lo inesperado puede ser una buena estrategia.
Utilizando el dibujo para trabajar las emociones:
Una vez que los niños han coloreado el dibujo, es útil conversar sobre situaciones que les han generado sorpresa en sus propias vidas. Preguntarles qué creen que sorprendió tanto al niño del dibujo o invitarles a compartir una experiencia similar puede ayudarles a desarrollar una mayor comprensión emocional. El arte y el diálogo abierto son potentes recursos para fomentar la empatía y la autorreflexión en los pequeños.