Las emociones, como el enfado, la tristeza o la alegría empiezan a enseñarse desde una edad temprana, incluso antes de que los niños ingresen a la escuela formal. Sin embargo, el proceso de enseñanza de las emociones se formaliza más durante la educación preescolar, que generalmente abarca a niños de 3 a 6 años de edad. A esta etapa se le da mucha importancia, ya que es cuando los niños comienzan a desarrollar su inteligencia emocional y a entender y gestionar sus propios sentimientos y los de los demás.
