La enseñanza de la letra i debe iniciarse en torno a los 3 o 4 años, dependiendo del desarrollo del niño, cuando comienzan a reconocer y trazar líneas simples. La «i» es una de las vocales más fáciles de aprender debido a su forma sencilla: una línea recta con un punto encima. Este aprendizaje suele ir de la mano con otras vocales básicas como la «a» y la «o», que también tienen formas simples.
El paso previo al aprendizaje de las vocales incluye actividades de preescritura como trazos en líneas rectas y puntos (grafomotricidad), además del reconocimiento visual de formas y patrones. Estas actividades preparan la motricidad fina y la coordinación ojo-mano, esenciales para escribir. Después de aprender las vocales, el siguiente paso es combinarlas con consonantes simples como la «m» o la «p» para formar sílabas como «ma» o «pi», facilitando la transición hacia la lectura y escritura básica.
Es importante que el aprendizaje de la letra i sea dinámico y multisensorial: trazándola con el dedo en arena, coloreándola o pronunciándola en voz alta mientras se escribe. Este enfoque no solo refuerza la memoria, sino que también hace que la experiencia sea divertida y significativa.
